Ciudad del Vaticano es el Estado más pequeño de el mundo con sus 0,44 km cuadrados. Este incluye la famosa Basílica de San Pietro, la plaza en frente, el conjunto de los Palacios Vaticanos (que albergan los museos Vaticanos) y los maravillosos Jardines Vaticanos. El termino Vaticano significaba en el pasado el sitio donde se hallaba la antigua Basílica del periodo del Emperador Constantino, reconstruida en el Renacimiento, así como la vemos hoy. En esta zona el apóstol Pietro en el 64 d.c. (o en el 67 d.c.) fue antes crucificado y después enterrado.

Cerca a su simple sepulcro, descubierto en los años 40 del XX siglo, nació una necrópolis cristiana encima de la cual, en el 320 d.c., el emperador romano Constantino erigió una gigantesca basílica en honor del príncipe de los apóstolos. Precisamente la tumba de Pietro se encuentra 4 metros debajo de el altar mayor de la iglesia. Hasta el periodo mas arcaico de la era romana, esta zona venia llamada “ager Vaticanus”. El origen del nombre “Vaticanus” es muy controvertida. El histórico Varrón, vivido en el I siglo a.c., pensaba que en esta zona venia venerada una antigua divinidad itálica, de nombre Vaticano (o Vagitano?!), que tenia el deber de proteger los bebés en los primeros llantos. Esta tesis es sostenida también por Sant ‘Agustín en una de sus célebres operas, La Ciudad de Dios. El escritor Aulo Gelio, que vivió dos siglos después de Varrón, suponía que este termino derivaba desde los vaticinios, es decir desde las profecías que, en esta área, sacerdotes (probablemente etruscos) venían a recoger por divinidades desconocidas. Esta tesis era compartida también por Sesto Pompeo Festo, gramático romano contemporáneo de Gelio. En los últimos decenios, cerca de estas influyentes tesis se acostó otra que quiere el termino Vaticano derivar de “Vaticum”, antiguo pueblo enemigo de Roma que cerca del IX siglo a.c. se encontraba en esta zona. Mas allá de las disputas conectadas al origen del nombre, “l’ager Vaticanus”, en los primeros siglos de la historia romana, no tenia una gran reputación. Era un amplio territorio, en la orilla derecha del Tíber, en gran parte pantanoso por causa de las frecuentes inundaciones del río. Donde los mosquitos no hacían, imposible la presencia humana, desde el principio del periodo republicano (509 a.c.) empezaran a surgir pequeños sepulcros (lógicamente paganos y aun no cristianos) y algún viñedo. Marcial, poeta romano del I siglo a.c., famoso por su inalcanzable sarcasmo, definía el vino que aquí venia hecho como pesio y de bajísima calidad. La situación cambio en manera definitiva cerca de la mitad del I siglo d.c., al principio del periodo imperial cuando el área fue bonificada, fueron construidos dos puentes que conectaban directamente al resto de l ciudad y algunas familias nobles empezaron a edificar sus lujosas residencias. Cerca de estas esplendidas demoras empezaron a surgir también los famosos “horti”, grandes jardines de campaña que podían ocupar diversas hectáreas. Entre los más importantes había seguramente los de Agripina Mayor la madre de Calígula; estos “horti” se encontraban exactamente donde hoy se halla la Basílica. Dentro de estos, Calígula empezó la construcción de un grande Estadio que fue ultimado por el emperador Nerón que lo tuve en herencia. En esto fueron justiciados muchísimos cristianos y entre estos el apóstol Pietro. Una curiosidad: el día de la muerte de Pietro es desconocido, así el 29 junio es una fecha convencional; a sido elegido ese di apoque los antiguos romanos celebraban la fiesta de Rómulo y Remo. Los primeros cristianos querían considerar Pietro y Paolo los fundadores de una nueva Roma.

Giuseppe Rosselli