Esta ceremonia era una procesión, con reglas rígidas, que empezaba desde una zona llamada Campo Marcio y que, después de pasar la Calle Sagrada, en el Foro Romano, acababa encima de la colina Capitolina delante del templo de Júpiter. Aquí triunfante, después de haber depuesto la corona de laurel, hacia sacrificios de rito. Muchas veces para hacer que sus gestas fueran inmortales venia dedicado un arco, un arco de triunfo. Hoy en Roma quedan 3 arcos triunfales, para algunas fuentes antiguas, al final del periodo imperial tenían que ser por lo menos 20. El más antiguo todavía existente es el arco de Tito que se encuentra en el Foro Romano. Fue construido, por voluntad del Senado, con el fin de exaltar las impresas bélicas del hijo de Vespasiano, el emperador Tito, muerto en el 81 d.c. Fue construido después de esa fecha y terminado el 90 d.c. Este monumento recuerda el suceso, en la campaña militar en Judea, de Tito que ganó la primera guerra judaica depredando Jerusalén y destrozando el templo de Solomon (70 d.c.) de este templo quedo solo el muro occidental, hoy llamado el Muro del Llanto. El arco de Tito es un arco alto 15,40 metros, ancho 13,50 metros y tiene una profundidad de casi 5 metros. Recubierto en mármol (dos diferentes tipos: “pentélico” y “lunense”), el núcleo interno de este arco, que tiene un solo fórnix, es decir una solo arcada y cuatro columnas por lado largo, es una obra de cemento (cemento y ladrillos). De estructura compacta y potente, presenta dos elementos que lo diferencian a los arcos triunfales precedentes: los capiteles compuestos (es decir con elementos “iónicos” y “corintios”) y las columnas apoyadas sobre un pequeño basamento, llamado “plinto”. Este arco comunica grande simplicidad y armonía. Particularmente hermosos son los bajorrelieves internos al fórnix. Estos que son mucho más conservativos, describen las frases importantes de la ceremonia del triunfo de Tito. Sobre un panel se ve en manera muy clara, entre los objetos sacros depredados en el templo de Solomon, el candelero a siete brazos. Mientras sobre la volta del fórnix, que presenta dos casillas muy bien tratados, tenemos al centro, la figura del emperador que viene elevada al cielo por un águila. Signo de su evidente divinización. Importante es declarar que, todavía hoy, muchos judíos no pasan bajo este arco porque la destrucción de Jerusalén por parte de Tito fue el principio de la diáspora de los judíos. En el Medioevo este arco fue incorporado en la fortaleza de la familia de los Frangipane. Esta fue su suerte en cuanto no vino destrozado. Solo en el 500 empezaron los primeros trabajos de restauración que siguieron, en manera más curada al principio del XIX siglo y al principio del siguiente. Además, en fin, a recordar que sobre el actico tenemos la dedica del Senado al emperador Tito, desaparecido prematuramente, es también visible una parte muy importante de sus fundaciones. Estas llegan con los trabajos de restauración de la pavimentación en el 1901-02. Para entender la fama que tuve en los siglos siguientes a la caída del imperio romano se tiene que pensar solo al echo que Napoleón lo cogió como modelo para la construcción del famoso arco de triunfo que se encuentra a Paris, al principio de los Champs-Elysees. El arco de tito ejemplo de gloria y grandeza.
Giuseppe Rosselli
