San Carlo a las cuatro fuentes

Una de las obras mas extraordinarias de este genio del barrueco que fue Francisco Castelli, en arte el Borromini, fue seguramente la Iglesia de San Carlo a las cuatro fuentes.

Esta iglesia, que se encuentra delante de Calle del Quirinal, representa una de las obras de arte más increíbles de la arquitectura del seiscientos tanto importante de ser considerada como modelo para artistas de épocas siguientes. Dedicada a Carlo Borromeo, arzobispo de Milán y santificado en el 1610, San Carlo representa uno de los mejores trabajos del genio del Ticino (Francesco Borromini nació al final del 500 en el Canton Ticino). La construcción de la iglesia con agregado el claustro, empieza en 1635 para terminar distintos años después la muerte del artista, en 1667. Los últimos trabajos, del exterior del edificio, fueron hechos por el nieto de Borromini entre 1670 y el 1680 siempre siguiendo los proyectos del tío. La planta de San Carlo a las cuatro fuentes es elíptica, con el eje mayor de la elipse que es perpendicular al altar mayor; la iglesia es de pequeñas dimensiones, sus muros parecen tener un movimiento ondulatorio, con continuas hendidura y saliente que se alternan rítmicamente. La estructura interna es elegante y dinámica al mismo tiempo. Este efecto esta exaltado también porque no hay suntuosas decoraciones sobre paredes y que el color predominante es el blanco. Entrando en la iglesia hay un fuerte claror que hace aun mas emocionante y evidentes los efectos arquitectónicos que el artista quería producir. La pequeña cupula esta construida en ladrillos; esta tiene forma oval y esta distinguida da simples y elegantes casetones iluminados por dos pequeñas ventanas que se encuentran a su base. Otro aspecto muy importante de San Carlo a las cuatro fuentes esta constituido da las dos dimensiones muy reducidas; se dice que su grandeza es igual a las 4 pilastras de la cupula de San Peter. Por esto viene también llamada San Carlitos. El Borromini además de jugar con las paredes como ningún otro, se dedicaba en modelar ambientes pequeños. Era el arquitecto “pequeño”. Estupendo también el claustro, verdadero oasis de tranquilidad en el corazón del trafico ciudadano. Presenta una planta octagonal con esplendida logia, distinguida por pequeñas columnas; a su centro hay un pozo también esto en forma octogonal. También en este ambiente, como en la iglesia, tenemos un gran sentido de paz. Espectacular es la fachada que, en manera particular, también los elementos decorativos (como las columnas y las esculturas) para crear importantes efectos de luz. Recordamos que la cripta tendría que haber albergado los restos del artista que no fue sepulto aquí, pero en la iglesia de S. Juan de los Florence. Los Trinitarios (orden devuelto a la SS. Trinidad) que comisionaron la obra del arquitecto, impidieron que el mismo fuero sepulto porque suicida. Este orden, tantos años antes, había elegido el genio del Ticino para la construcción de este sitio de culto no solo que por su grandeza artística pero también por sus notables conocimientos exóticos. Es particular en la iglesia, la presencia de elementos arquitectónicos, decorativos y artísticos reunidos a grupos de tres, el numero que recuerda la Trinidad. Es importante notar como cerca a la iglesia hay un cruce a los anglos donde hay 4 fuentes. Estas, que son de notables dimensiones y son en travertino, refigurado las Diosas Diana y Juno y los Ríos Tíber y Amo. Aquí está la motivación por lo cual la iglesia se llama San Carlo a las cuatro fuentes.

Giuseppe Rosselli

Read 9260 times
More in this category: « La Basilica Di Santa Prassede

Habilite javascript para enviar este formulario